espués de unos días en la estación de Lyon, los responsables organizaran nuestro viaje después de haber, sin duda, estado en contacto con nuestra familia y organizaron nuestro viaje, no solamente sin acompañador, así que lo haba mencionado la Sra. Sabatier, pero con el cargo adicional de otro niño de menos recursos que estos independiente hermanos Mauricet.
Mientras tanto, la guerra continuaba en el Noreste de Francia y en la parte europea que los alemanes consideraban el "Gross-Reich"—el Gran-Imperio alemán—aunque no había duda que la ocupación alemana de Francia era algo del pasado.
Los encargados nos dieron tres boletos de tren desde Lyon, con varias conexiones, hacia Châteauroux con instrucciones de acompañar y vigilar a un otro niño en estado constante de pánico; sin duda que había sido afectado por los traumas de su vida y no era capaz de funcionar por su mismo. Lloraba de manera continua, sin parar. El hecho que nosotros, unidos como dos dedos de la mano, habían sido inseparables, nos ayudo sin duda a sobrevivir esta crisis tan traumática.