On the train

Nuestra madre usualmente viajaba con mi hermano Ernst y yo a su país nativo cerca de Colonia en Renania, para pasar las fiestas judías con su madre viuda y su hermana, nuestra tía Emma que vivía con ella. Durante uno de estos viajes en tren—creo acordarme de que fue el último—Ernst y yo nos quedamos cautivados ante la presencia del conductor en su uniforme entorchado, con sus dorados y resplandecientes botones estampados con el "RB," símbolo del "Reichs-Bahn" (Ferrocarriles del Imperio) y esto incluso antes que Alemania tuviera cualquier imperio.

Esto era exactamente lo que Ernst y yo queríamos ser … esto o bomberos. El conductor nos observó desde la cumbre de su autoridad y nos pidió nuestros documentos de identidad, los cuales, a su enorme estupor, nos designaban como infrahumanos—"Untermenschen"—y sin derecho a la protección de la ley según la Leyes Raciales de Nuremberg.

El conductor, más sorprendido aun, al darse cuenta que se trataba de judíos, rubios con ojos azules, los cuales no correspondían al estereotipo ilustrado en las páginas del "Stürmer", el periódico de propaganda del partido fascista Nazi, gritó la palabra "¡Rassenschande!" anunciando así, a cada uno de los viajeros, que estos niños y la madre de apariencia aria eran, los tres, ciertamente el resultado de unos matrimonios mixtos; Mamá, más que orgullosa de ser parte del "Pueblo Elegido," contaba con placer lo sucedido como un ejemplo de la estupidez de ciertos de sus compatriotas.

Este concepto de "Rassenschande" fue inventado por los antepasados de estos mismos fascistas alemanes, (incluido el mismo padre del futuro "Reichsmarshall" Herman Goering) durante su cruel colonización de la parte del Suroeste de África que vino a ser, durante unos treinta años y empezando en 1884, su colonia de Namibia.