l año del matrimonio de Ludwig y Klara llegó a Becherbach Johann Müller, un nuevo pastor luterano.
Siguiendo la costumbre, los funcionarios locales dieron una bienvenida encabezada por la orquesta municipal. Nuestro padre, "Isidorsch" Ludwig, el nieto del viejo Isaak, tuvo el gran honor de servir de abanderado.
El buen pastor que, obviamente, no había sido infectado por el virulento veneno antisemita propagado por el fundador de su secta, el monje Martín Lutero, se convirtió en un amigo fiel de la familia Moritz—incluida la generación siguiente y esto hasta su fallecimiento en los años sesenta después de su jubilación.
Nuestro padre, habiendo alcanzado los cincuenta años, siendo nuevo padre de familia, cabeza de un negocio floreciente y uno de los ciudadanos notables del lugar, veía todos sus sueños realizarse.
No podía imaginarse que en ese mismo momento, un extranjero, un austriaco bajito con un curioso bigote le estaba robando su querida patria, su "Vaterland," el país de sus antepasados.