La toma y el control por los fascistas sobre todas los mecanismos del poder siguieron a su victoria en las elecciones del 5 de marzo 1933.

Uno de sus primeros actos de bandidaje fue la inauguración, el 20 del mismo mes de marzo, del infame campo de concentración de Dachau situado en el encantador pueblecito de artistas del mismo nombre, cercano a la no menos encantadora ciudad de Munich. En primer lugar, esta prisión sirvió para encarcelar los enemigos políticos de los Nazis así como a los demás "indeseables" tales como los Sentís (gitanos), minusválidos, prisioneros, etc.

A esto le siguió un boicoteo organizado por los nuevos amos de Germania contra los negocios propiedades de judíos, el cual fue seguido por la mayoría de la población debido a las intimidaciones por las "camisas morenas"—los paramilitares fascistas.

Siguiendo los repetidos consejos de su hermano Jacques, establecido en la cercana provincia de Sarre, Ludwig decidió, él también, dejar su tierra natal y establecerse en Sarre que estaba bajo administración francesa desde la derrota alemana de 1918. En el año 1935 Sarre fue reunificada con Alemania después de un plebiscito.

Alfred and Ernest Moritz, 1933-34
Alfred y Ernst Moritz,
Saarbrücken, Saar, 1933–1934

Nuestro padre no tenía ganas, a lo contrario de su hermano Jacques, de establecerse en Francia, un país del cual no hablaba el idioma.

Ante la posibilidad de permanecer en Sarre, y por lo tanto en Alemania donde solamente él tenía amigos ¿no era mejor regresar al país a donde la abuela envejecía y la cual se negaba a abandonar?

Su decisión fue mudarse de nuevo, regresando al país de sus antepasados, a Becherbach, cerca de Kirn, sobre el río Nahe.

Nuestro padre, hombre juicioso entre todos, sabía completamente bien que la influencia de un grupo extremista sobre el poder supremo, en el país de Goethe, era una aberración que sin duda alguna sería corregida a corto plazo.